En el universo lo masculino existe tal como existe lo femenino

En el universo lo masculino existe tal como existe lo femenino, pero ninguno de ambos tiene por qué coincidir con ser “hombre” ni con ser “mujer” y juntos son parte de todo ser; ninguna de estas fuerzas -quizás dos de entre muchas otras que desconocemos- tiene tampoco la obligación de manifestarse físicamente de forma alguna en apariencias rígidas ni dicotómicas. A riesgo de sobre-simplificar un tema que de por sí es complejo -principalmente por la programación milenaria sobre los binarismos hombre/masculino - mujer/femenino con que la humanidad se ha desarrollado- trato de explicar esto que hoy por hoy me parece fundamental:

1. En cuanto a la identificación con su cuerpo, las personas pueden ser CISGÉNERO (es decir, que sí se sienten identificadas con el cuerpo que les fuera naturalmente asignado y las implicaciones de ello) o TRANSGÉNERO (que no se sienten identificadas con el cuerpo que les fuera naturalmente asignado y las implicaciones de ello, independientemente de que elijan modificar su cuerpo química o quirúrgicamente, o no).

2. Independientemente de lo anterior, en cuanto al género per se, las personas pueden elegir verse, sentirse y presentarse de distintas formas, que pueden o no adaptarse a las ideas binarias de lo masculino o femenino, o jugar con ellas. Esto significa que alguien puede eligir representarse ante los demás (de allí lo “performativo” del género) con ropa y/o actitudes que socialmente se entiende corresponden a hombres o a mujeres o a ninguno o a ambos. Digamos que las categorías aquí podrían, en todo caso, ser infinitas o nulas, depende qué tanto nos dejemos llevar por las creencias vigentes que, además, cambian de tiempo en tiempo (recuerden que en alguna época de la historia los tacones eran para hombres y, hasta muy recientemente, las mujeres no podían usar pantalón ni los hombres pelo largo...)

3. Independientemente de las anteriores dos, un tercer elemento es la orientación sexual que se limita a eso, al sexo y a la sexualidad como acto íntimo; las personas pueden verse atraídas sexualmente por personas de su propio sexo y género o de otro distinto, por personas que no se identifican con ninguno particular o, incluso, ser asexuales y no sentir atracción de este tipo por persona alguna, y no viene al caso si son cisgénero o transgénero. Estos “gustos”, además, pueden ser fluidos y variables a lo largo del tiempo (no importa si poco o mucho tiempo).

Un ejemplo sencillo para entender estas dos últimas “clasificaciones” es la frase de Junio LaBeija, un hombre homosexual que trabajaba como Drag Queen y aparece en el documental “Paris is Burning”: “Sexual orientation is whom you go to bed WITH whereas gender is whom you go to bed AS”. Los nombres con que actualmente se conocen las orientaciones sexuales (hetero, homo, bi, pan) se difuminan al intersectarse con la identidad y con el género.

Usando un ejemplo “de moda”, digamos que la persona que ahora públicamente se identifica como Caitlin Jenner, que nació con cuerpo “de hombre”, es una mujer (pues bajo ese esquema elige desde ahora verse y expresarse) transgénero (pues su cuerpo “original” no coincide con su verdadera identidad) homosexual (pues siendo mujer, su atracción sexual es para con otras mujeres). Y sí, con la mente y el corazón abiertos, todo esto es tan “complejo” como chilero.

Pero al final de cuentas, creo, todo debería ser tan sencillo como respetarnos y aceptarnos indi- vidualmente unos a otros, como seres humanos equivalentes que somos; sin embargo, me parece sano tener estas charlas sobre categorías, siempre que no las entendamos como limitativas. El género y la sexualidad son personales y como tal, como se dijo antes, pueden ser dinámicas y variantes y fluidas y, en realidad, siempre que nos conozcamos a nosotros mismos y a las distintas posibilidades que tenemos para ser “nosotros” y ser felices, no importan las etiquetas. En algún otro momento futuro de la historia de la humanidad, esto ya será solo recuerdos que sorprendan por su otrora limitación a los seres humanos del mañana.